lunes, 29 de febrero de 2016

Para Pili, siempre en nuestro corazón

Todos nos vamos muriendo día a día. Tengo la sensación de que cualquier persona tiene un tiempo trazado para vivir. Bueno, quiero decir el mismo tiempo en días, horas, segundos… Lo que ocurre que hay quien lo vive lentamente. Observa. Está, pero no actúa. Cree que ya ha aprendido lo que tenía que aprender y no se molesta en ir más allá. En realidad esas personas son muy felices. No se plantean, no cuestionan y aceptan todo lo que tenga que venir. Tienen una vida reposada y solucionada. Digamos que llegan a los 80 años y siguen con su parsimonia y su vida acomodada en un sillón sin moverse demasiado. Viven 80, 90 y hasta 100 años sin gastar una gota de vida. 

    Luego están los otros, los que saben que la vida se va rápido y sin avisar, que no pueden desperdiciar un solo segundo y aprovechan hasta el último rayo de sol. Deprisa, porque creen que su tiempo es limitado. Lo creen de verdad y puede ser que por eso se gaste más rápido. Esas personas no duermen, solo corren, sufren, lloran, ríen, bailan, cantan y sus 80 años de vida se paran a los 47 o a los 50. Los dos han vivido el mismo tiempo pero a diferente velocidad. Unos tienen que ver con la pasión los otros con el pragmatismo. O al revés, no estoy segura. 

    Es como si tuviésemos dos radios con pilas nuevas. Las dos funcionan bien; una está en marcha todo el día y toda la noche, la otra, sólo la accionamos cinco o seis horas, ¿cuál de las dos se agotará antes? Nuestro tiempo va en función  de lo que usemos nuestras pilas.

ME HE TRASLADADO

Este blog se ha trasladodo a   TODO ESTÀ POR HACER Y TODO ES POSIBLE